Llevar una dieta sin alimentos procedentes de animales no significa que tengamos que sacrificar nuestra salud. En realidad, existen muchas alternativas que nos pueden dar las proteínas necesarias que necesitamos para ejercitarnos.
Hoy en día, la alimentación basada en plantas se ha popularizado, aumentando la oferta de alimentos libres de productos animales tanto en supermercados como en restaurantes, suplementos, vitaminas, etc.
El mito más popular sobre quienes deciden adoptar este estilo de vida es que pueden sufrir una deficiencia de proteínas y ver su rendimiento deportivo afectado. Sin embargo, existen una gran variedad de alimentos ricos en proteínas y otras vitaminas que pueden ayudarnos a llevar una dieta vegana o vegetariana de forma sostenible.
A continuación, te compartimos cinco ejemplos:
Lentejas: Además de tener una gran cantidad de hierro, las lentejas son ricas en proteínas, con 23.8 gramos por cada 100 gramos de estas leguminosas. Puedes acompañarlas con verduras, sopas, en forma de hamburguesas vegetarianas, etc.
Frijoles negros: Los frijoles negros tienen un porcentaje de proteínas que ronda el 22%. Además de ser ingrediente de muchos platillos deliciosos, también contienen una buena cantidad de fibra y minerales que nos ayudan a la digestión y a la buena salud intestinal.
Espinacas: La versatilidad de las espinacas se acompaña con una buena cantidad de proteínas, hierro, potasio y magnesio. De hecho, las espinacas son de las mejores fuentes de magnesio, que es un elemento esencial para nuestro metabolismo y mantenimiento de nuestra función muscular y nerviosa.
Guayabas: La guayaba es una fruta muy conveniente, ya que podemos conseguirla casi todo el año sin comprometer su calidad. Ideal para desayunos y snacks, cada 100 gramos de guayabas aportan 2,6 gramos de proteínas.
Aguacate: Uno de los alimentos más populares en recetas recientes, el aguacate nos da 2 gramos de proteína por cada 100 gramos. Además, aporta una buena cantidad de grasas buenas y nos aporta una sensación de saciedad al ingerirlo en nuestras comidas.