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Correr para proteger y fortalecer el corazón

Practicar un deporte como el running trae muchos beneficios para el cuerpo y mente, incluyendo el corazón. Pero… ¿qué es lo que pasa en este vital órgano cuándo corremos? ¿cuáles son los beneficios específicamente? 

Todos hemos escuchado la importancia de hacer ejercicio cardiovascular de forma regular para mantener un buen estado de salud. Correr es quizás la actividad cardiovascular por excelencia, además de ser relativamente sencilla de practicar, ya que requiere una inversión modesta en equipo y espacios para practicarlo.

Además de su practicidad, correr impacta positivamente nuestra salud mental y emocional. Dentro de sus beneficios, destaca el efecto que tiene esta actividad en un órgano clave para mantener un buen estado de salud: el corazón.

El corazón es el órgano central de la circulación de la sangre y tiene la importante tarea de mandar sangre oxigenada a todo nuestro cuerpo. Un estilo de vida sano, con una dieta equilibrada y buenos hábitos de ejercicio, permiten que nuestro corazón funcione apropiadamente.  

Practicar un deporte aeróbico como correr hace que el corazón se adapte y aumente su tamaño al dilatarse las cavidades cardiacas, así como el aumento ligero del grosor de las paredes musculares. Entre más músculo, mayor fuerza para empujar la sangre al resto del cuerpo.

corriendo

Correr también aumenta el tamaño y número de vasos sanguíneos en el corazón, lo que permite una mayor repartición de sangre por todo el cuerpo mientras practicas esta actividad. Esto también beneficia otras partes del cuerpo, incluyendo el sistema respiratorio y nuestra capacidad pulmonar.

Otro de los beneficios que obtienes durante la práctica del running se refleja en tus arterias, ya que correr las vuelve más elásticas y fortalece su capacidad de limpiar exceso de grasa en sus paredes que podrían impedir el correcto suministro de sangre al corazón.

Además de todo lo anterior, correr nos ayuda a combatir factores de riesgos cardiovascular, tales como la obesidad, hipertensión, diabetes o niveles altos de colesterol. Estas condiciones pueden mantenerse al margen con una buena alimentación y una rutina de running adecuada y constante.