Esas ganas de querer vomitar durante o después de hacer ejercicio es más común de lo que parece. Afortunadamente, rara vez son producto de algo serio y controlarlas es sencillo.
Experimentar náuseas durante tu entrenamiento o después de completarlo puede ser muy incómodo y afectar tus ganas de continuar con tu práctica deportiva. Afortunadamente, rara vez son producto de algo serio (si persisten, te recomendamos consultar a un médico) por ejemplo:
- Una mala respiración que conlleve a una mala oxigenación del cuerpo.
- Un entrenamiento de alta intensidad en ayunas, sobretodo si no se está acostumbrado a entrenar sin consumir alimentos.
- Agotamiento a causa de deshidratación, ya sea crónica o producto de un ejercicio extenuante sin reponer los líquidos perdidos.
Para evitar las náuseas al entrenar, las recomendaciones son bastante generales: debes mantenerte hidratado, calentar bien antes de un entrenamiento, comer un snack ligero y nutritivo si no acostumbras a entrenar en ayunas y fortalecer tu técnica de respiración.
Evalúa también si la intensidad de tu entrenamiento podría ser la causa de las náuseas. Si es así, considera ajustar ya sea la distancia o el nivel de intensidad e incrementar poco a poco la exigencia de tu rutina.
Si las náuseas se presentan habiendo iniciado ya tu entrenamiento, te sugerimos detenerte por un momento y tratar de identificar qué puede estar causando este malestar. Intenta tomar un poco de agua en tragos pequeños, un gel o una barrita energética, o bien recorrer una distancia corta concentrándose en tu respiración para oxigenar correctamente.
¡No dejes que las náuseas te detengan! Eventualmente desaparecerán y podrás continuar tu entrenamiento.