Practicar un deporte de forma constante trae muchos beneficios a nuestra salud, pero también impacta a nuestro cuerpo y puede causarnos molestias. Afortunadamente, existen terapias accesibles para darnos alivio, por ejemplo la crioterapia.
Correr es una actividad deportiva de alto impacto que, de forma repetitiva y acumulativa, genera estrés en nuestros músculos. Si bien nuestro cuerpo se acostumbra mientras ganamos resistencia y perfeccionamos nuestro estilo, es común que presentemos malestares o hasta lesiones debido al esfuerzo que hacemos día con día.
Afortunadamente, existen terapias no invasivas que pueden darnos alivio. Una de ellas es la crioterapia, que emplea el frío y sus propiedades anti inflamatorias como medio terapéutico para minimizar la fatiga, recuperarnos después de un entrenamiento duro y combatir la inflamación de nuestros músculos.
A través de la crioterapia, nuestro cuerpo experimentará los siguientes beneficios:
- Ante la sensación de frío, mejora nuestra circulación y el dolor disminuye
- Eliminaremos más rápido las toxinas producidas durante el ejercicio intenso
- Mejoraremos nuestro metabolismo al disminuir nuestra temperatura
- Disminución de edemas por la reducción del flujo sanguíneo.
Si bien existen cámaras de crioterapia profesionales, puedes aplicar técnicas más accesibles y menos costosas desde la comunidad de tu casa, por ejemplo:
- Bolsas de hielo
- Baños fríos con agua a temperaturas de entre 10-20ºC
- Geles fríos o sprays de vapor fríos
- Criomasajes, usando bloques de hielo para realizar movimientos lentos y energéticos sobre la zona
A pesar de no ser una técnica invasiva, es importante que te asesores con un profesional y consultes con tu médico de cabecera. Someter a tu cuerpo a bajas temperaturas puede causar problemas si tienes un desorden metabólico, estás embarazada o tienes una alergia al frío.