¿Te propusiste hacer ejercicio en la mañana pero no lo logras? A continuación te compartimos algunos consejos para que puedas tener un entrenamiento productivo a primera hora del día.
Hacer ejercicio en la mañana trae muchos beneficios tanto mentales como físicos. Nos ayuda a quemar más calorías que cuando nos ejercitamos en la tarde, mejora nuestro estado de ánimo y nos da energía para comenzar el día con el pie derecho.
Sin embargo, levantarse de la cama puede resultar muy difícil, así como mantener la rutina con constancia. Si estás determinado a hacer ejercicio a primera hora del día, a continuación te compartimos cinco consejos para lograrlo (o al menos hacerlo más fácil):
Acuéstate temprano
Suena obvio, pero es uno de los hábitos más importantes para poder lograr levantarte a hacer ejercicio. Dormir lo suficiente (entre 7 y 9 horas) te ayudará a estar descansado y a tener la suficiente energía para ejercitarte y evitar el “crash” de cansancio a medio día.
Cena ligero
Comer algo muy pesado por la noche puede causar insomnio y entorpecer el sueño reparador. Evita también consumir bebidas estimulantes después de las 6:00 pm, como el café, algunos tés, bebidas azucaradas, etc.
Deja todo lo que vas a necesitar listo una noche antes
Preparar tus tenis, tu ropa de hacer ejercicio y tu snack una noche antes te ayudará a optimizar el tiempo al despertarte y poder empezar tu rutina sin prisas ni preocupaciones. Incluso te permitirá dormir unos minutos extras.
Utiliza una app como despertador
Despertar con la alarma del celular o un reloj tradicional puede fomentar el famoso “snooze.” Prefiere una aplicación de alarma que te solicite realizar alguna actividad para desactivar el sonido, así empezarás a ejercitar tu concentración y se te quitarán las ganas de volver a la cama.
Elige una rutina de ejercicio que disfrutes
Si te fuerzas a practicar una rutina de ejercicio que odias, te será más difícil levantarte de la cama. Prefiere algo que disfrutes o que sea apto para tu condición física, ya más adelante puedes incrementar su intensidad, una vez que tengas tu rutina muy arraigada.