Vitamina D: El sol, el hueso y el secreto de la salud del corredor

Si eres corredor, pasas mucho tiempo al aire libre, lo cual es excelente. Pero, ¿realmente estás absorbiendo suficiente Vitamina D? Conocida como la «vitamina del sol», la Vitamina D es fundamental para los atletas, especialmente para quienes someten a sus huesos a un constante impacto. No es solo un nutriente, es una hormona que juega un rol clave en la salud ósea, la función muscular y hasta en la prevención de enfermedades.

¿Por qué es crucial la Vitamina D para correr?

Para los corredores, los beneficios de tener niveles óptimos de Vitamina D son directos y esenciales:

Salud ósea: La Vitamina D es necesaria para que el cuerpo absorba el calcio. Un déficit se traduce en huesos más débiles, lo que aumenta dramáticamente el riesgo de fracturas por estrés.

Función muscular: Niveles adecuados de Vitamina D se han asociado con una mejor fuerza muscular y una recuperación más rápida después del ejercicio intenso.

Sistema inmunológico: Fortalece tus defensas, ayudándote a evitar los resfriados que pueden detener tu entrenamiento en momentos clave.

¿Cómo obtener suficiente Vitamina D?

A pesar de que el sol de Monterrey es abundante, muchos corredores tienen deficiencia de Vitamina D. Esto se debe a que corren temprano o tarde y usan protector solar, bloqueando la síntesis.

Fuentes de Vitamina D

Exposición solar: La fuente más natural. Intenta exponer brazos y piernas al sol por 10 a 15 minutos fuera de las horas pico (antes de las 10 a.m. o después de las 4 p.m.).

Dieta: Pescados grasos (salmón, atún), yema de huevo e hígado.

Suplementos: Si tienes déficit, tu médico puede recomendarte suplementos de Vitamina D. Es crucial consultar a un profesional antes de automedicarte.

El diagnóstico de Vitamina D: No adivines, ¡mide!

No asumas que por correr al aire libre estás cubierto. Un simple análisis de sangre puede medir tus niveles. Habla con tu médico sobre la suplementación, especialmente durante los meses de invierno o si tienes un volumen alto de entrenamiento. Asegurarte de que tus niveles de Vitamina D estén en rango óptimo es una inversión silenciosa en tu rendimiento y, sobre todo, en tu longevidad como corredor.